En unas semanas, se cumplen 2 años desde que irrumpió en nuestra vida una pandemia que ha conllevado una crisis sanitaria, económica y social que ha causado un gran impacto en la población. Desde el principio, hemos intentado paliar las consecuencias que afectan a la infancia, juventud y las familias con las que intervenimos, llevando a cabo nuevas metodologías y dando respuesta a las nuevas necesidades surgidas.
Los menores se vieron obligados a un modelo de enseñanza a distancia que trajo consecuencias importantes en sus procesos de aprendizaje. La barrera tecnológica ya existente se vio incrementada, limitando aún más, las opciones de aprender y de seguir los contenidos académicos. Esta brecha digital ha agudizado el fracaso escolar en nuestro entorno y empeorado al ritmo educativo de las niñas y los niños con quiénes trabajamos.
Dentro de las actividades que hacemos en Krecer con infancia y adolescencia está el Refuerzo Educativo. Se trata de un servicio cuya finalidad es mejorar las competencias y los aprendizajes de los niños y niñas, desde la prevención a través de una metodología dinámica, participativa y motivadora, que les permita adquirir conocimientos para su desarrollo personal y social, dentro de un entorno positivo y seguro.
A través del programa CaixaProinfancia, desarrollamos este servicio organizado en grupos reducidos de estudio asistido, lo cual nos permite una atención más personalizada y, por tanto, llevar a cabo un mejor seguimiento del ritmo de aprendizaje de cada menor. Además, un factor clave de este tipo de atención personalizada es poder atender otros aspectos más allá de los contenidos puramente curriculares; abordamos rutinas y hábitos de estudio, fomentamos la autonomía, atendemos la situación emocional, entrenamos habilidades de concentración y atención…
Se trata de un reto compartido con las familias de nuestros chicos y chicas, con los centros educativos, y con todos los profesionales implicados en la educación y desarrollo de los menores. Es de suma importancia, el trabajo conjunto con la escuela y la familia, el intercambio de información entre profesionales… es imposible imaginar el trabajo educativo sin esta corresponsabilidad.
Desde Krecer, apostamos por una educación en un sentido amplio, que va más allá de ofrecer un acompañamiento y apoyo en las tareas escolares de los menores, se trata de potenciar sus capacidades, ofrecerles un espacio de aprendizaje seguro, un lugar donde mejorar y adquirir las herramientas necesarias para avanzar en la faceta académica y también en su desarrollo de socialización.